«No era sexo de verdad, estábamos jugando, así que no cuenta, ¿no?»
Este boletín empezaba con una historia del instituto. Te la cuento después, porque buscando información para este artículo (sí, a veces investigo por encima de mis posibilidades) escuché un podcast en el que una profesora contaba lo que le había dicho una alumna.
A ver si tú también abandonas toda esperanza en comprender al simio humano.
La alumna le habló sobre un juego muy popular entre los adolescentes españoles:
Un grupo de chicos desnudos de cintura para abajo se sienta en el suelo, en circulo. Una chica o varias también desnudas van sentándose encima de ellos, uno por uno. Todo vale y pierde el que antes eyacula.
Se llama el muelle.
«No era sexo de verdad, estábamos jugando, así que no cuenta. ¿No me quedo embarazada, no?» —Dijo la jugadora de 16 años, acompañada de su madre, en el servicio de urgencias de su pueblo.
Pornoeducación y efectos del porno.
En este boletín Malprofe intenta responder a algunas preguntas que no me habéis hecho:
¿Los jóvenes de ahora saben más de sexo de lo que sabíamos nosotros?
¿Existe la adicción al porno (en los jóvenes)?
¿A qué edad empieza una persona a buscar porno?
¿Cómo sé si mi hijo mira porno?
¿Y mi marío?
Se me ha ido un poco de las manos, pero no seas cagaprisas y lee las notas, las conclusiones y las notas. Elige un momento en que Malprofe sea tu prioridad porque este tema te interesa seas un hombre, una mujer o un director de recursos humanos que se hace llamar recruter.
Como siempre, lo que lees aquí lo puedes encontrar fácilmente en internet. Yo te ahorro la búsqueda y te cuento la digestión que hago de procrastineo, investigación y sesgos personales.
Antes Vs Ahora: el contexto
Empiezo respondiendo a la primera pregunta: ¿saben más de sexo los adolescentes de ahora?
Tienen más acceso a la información que nunca. Lo que no tienen es filtro, ni guía.
Pero vamos poco a poco.
De manera natural una persona empieza a mostrar interés por la sexualidad en la adolescencia o preadolescencia, dependiendo de lo espabilada que sea.
A esa edad no le preguntamos nada a nuestros padres porque no saben nada y no nos entienden. Las dos charlas que tuviste con tus padres son anecdóticas en el muestreo mundial, déjame seguir.
Buscamos maneras de enterarnos de que va eso del sexo jugando a los médicos o buscando material visual.
Hace siglos que existen materiales gráficos para cubrir esta necesidad. Antes de Internet tenías que conseguir alguna revista, robarla, comprarla, prestarla... y sobre todo, esconderla.
También podías conseguir alguna cinta VHS e intentar verla en casa de ese amigo que siempre conseguía quedarse solo (maldito afortunado) más de 2 horas.
Incluso hubo una época que la gente (los hombres, vamos) llamaba a una línea caliente para que le dijeran guarreridas al oido.
(Todo esto me lo han contado, yo nunca vi porno, déjame en paz)
Ahora el acceso infinito y gratuito al porno está a la distancia de un click. La única barrera que puede encontrar un buscador de guarreridas es:
«¿eres mayor de 18 años?» y dos botones: «Sí» - «No»
Le hacemos el mismo caso que a la advertencia de las cookies.
Los mayores portales gratuitos de pornografía, Pornhub y Youporn declaran cifras tan tuerceculos como 60 millones de usuarios mensuales. Mira en qué posición están las dos en la lista top 1000 websites (2019):
Gúguel; 2. Yutúb; 3. Feisbuk; 4. Baidú (chinoGúguel); 5. Wikipedia; 6. Tuiter; 7. Yahoo; 8. Pornhub, 9. Instacrap; 10. Xvideos...
Sí, querido terrícola, el porno le daba por delante y por detrás a Instacrap en el TOP 10. En 2022 Insta ha ganado la pelea, pero las web porno siguen estando por encima de Netflix y TikTok.
En los últimos años la cosa se complica.
La democratización y expansión de la tecnología ha hecho posible la aparición de nuevas formas de pornografía interactiva: videos amateurs y en streaming donde se pierde la linea entre lo representado y lo real.
Y llegamos al momento actual, con acceso gratuito o de pago 24h, con opción en diferido o en directo, real o escenificado.
Cualquiera con una cámara puede monetizar su cuerpo y cualquiera con un ordenador y una tarjeta de crédito puedo dirigir el show.
El consumo de pornografía sigue creciendo y cumple con la regla de la Triple A de las potenciales adicciones: accesibilidad, asequibilidad, anonimato.
La pregunta ya no es si ves porno, sino:
¿Por qué te atrae el porno?
Porque apela a uno de nuestros instintos más primitivos: comer, dormir, dejar descendencia. Repetir. Te acabo de desvelar el secreto de la vida de manera gratuita. El propósito de todo terrícola.
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—Qué exagerado, Malprofe. El ser mundano tiene otros propósitos en la vida.
Sí, todos secundarios, relacionados con los 3 anteriores.
Comunicarnos con los demás, conocer gente, el ocio, el dinero, el bienestar... todos secundarios: hay que intentar tener todo lo que puedas de esto mientras vas dejando descendencia. Comer y dormir sirven para aguantar lo máximo posible en el juego de la descendencia.
El objetivo principal del porno es despertar nuestro deseo de que ocurra en la realidad lo que está sucediendo en una simulación.
El científico gafotas Niko Tinbergen llamó a esto estímulos supranormales1 (lee la nota, que lo mismo te ríes)
Somos, probablemente, las únicas criaturas que creamos nuestros propios estímulos supranormales: imitaciones falsas y versiones exageradas de un estímulo al que tenemos tendencia a responder.
Te lo repito: creamos estímulos que desatan una respuesta más fuerte que el estímulo original (para el que evolucionó la respuesta).
Aunque estés saciado, cuando ves un helado quieres comértelo porque tu instinto te dice que necesitas azúcar por si acaso tienes que salir corriendo.
El humano ha creado azúcar en forma de crema de colores y de nube rosa, para provocar una respuesta excesiva. Y venderle el antídoto.
El macho humano está cableado para responder a estímulos visuales de una hembra real, pero una pantalla o una revista también consiguen desatar una respuesta.
La mujer también busca el porno aunque de manera diferente porque arriesga más. Necesita seleccionar con cautela quién la protegerá a ella y a la descendencia que llevará en su útero.
No vale cualquiera.
La dopamina no tiene nada de malo
(Pero la recompensa inmediata es una mierda)
Millones de años de evolución sin saber qué va a pasar mañana. Lo de hacer planes, las hipotecas, las inversiones y las pensiones comenzó ayer en la línea evolutiva.
Nuestro instinto cortoplacista nos lleva a la búsqueda de recompensa inmediata. Y eso nos trae un montón de problemas. Dejo que pienses en los ejemplos que te afectan día a día, encontrarás muchos.
Después de haber dedicado unas horas del día o la semana a ver contenido pornográfico, algo dentro nos dice que hemos malgastado el tiempo.
La recompensa inmediata suele ir seguida de remordimiento. Más remordimiento cuanto más joven es la persona y cuanto más tiempo pasa mirando porno.
Cuando digo ver contenido, me refiero también a lo que hace la persona cuando ve el contenido, que es el objetivo de consumirlo (tápense los oídos los mojigatos y las señoras del fondo): excitarse y masturbarse.
No hacen falta estudios de Mazachuches para concluir que las personas no ven porno para deleitarse con la fotografía y el guión. Lo que buscan es la dosis inmediata de dopamina.
La dopamina no tiene nada de malo, tiene un papel importante en la motivación, el sueño y el aprendizaje, funciones esenciales del cerebro. Sobre todo si tienes uno y no lo has perdido durante tu escolarización.
El problema es la dosis excesiva de dopamina. El exceso de dopamina crea picos de recompensa que pronto desaparecen.
Rápidamente se convierte en aburrimiento y las dosis que necesitas para conseguir el mismo efecto son cada vez mayores.
Poco a poco vas necesitando (ver) más sexo y más extremo.
Click, click, click...
Tenemos claro que el tabaco, el alcohol y algunas drogas causan esa necesidad que llamamos adicción, pero...
¿Vemos pornografía por encima de nuestras posibilidadesh?
¿Existe la adicción al porno?
Lo primero que hay que aclarar es que no hay una definición formal de lo que sería este trastorno, pero los síntomas serían parecidos a los de la adicción a ciertas drogas.
Los creadores de pornografía (¿pornografers?), como los de redes sociales, conocen nuestros instintos, lo que capta nuestra atención y lo que nos hace reaccionar.
Los likes y los comentarios nos mantienen pegados al teléfono esperando reconocimiento de nuestra comunidad. Una búsqueda natural de ascender en el estatus.
Con la pornografía no buscamos reconocimiento, así que las plataformas han tenido que buscar otras formas de engancharnos.
Dígaselo a mi esposa.
¿De qué manera te engancha la pornografía?
El porno actual en Internet es mucho más convincente y atractivo que antes por la novedad constante (unending novelty) que ofrece. Aunque el nombre es bastante explicativo, te lo aclaro:
La dopamina se dispara cuando el macho se encuentra ante una situación sexual o con una hembra nueva, presencial u online.
Para llegar a estas conclusiones se han hecho experimentos con cabras y con hombres. A un carnero se le presentaba su compañera habitual para la fertilización. Luego diferentes hembras que no conocía.
Todas reales, claro.
También se observó la reacción de hombres ante escenas sexuales muy similares alternadas con algunas totalmente diferentes.
Todas virtuales, claro.
Estos experimentos concluyeron:
Que el hombre no necesita estar en presencia física de la hembra, le vale con el estímulo visual para interpretar una oportunidad (estímulo supranormal).
Que no es la desnudez sino la novedad (novelty) lo que aumenta el deseo sexual y provoca una subida de dopamina.
Que las mujeres tenían razón: los hombres son unos cabrones.
Este efecto se conoce con el nombre de Coolidge Effect, nombre que proviene de una historia que no tengo más remedio que contar2:
En los años 20 el presidente americano Coolidge estaba visitando una granja con su esposa. Al ver a un gallo que se apareaba con frecuencia, la señora Grace preguntó al granjero:
—¿Cuántas veces al día se aparea este gallo?
Docenas —respondió el granjero.Entre risitas, la mujer dijo:
—Pues dígaselo a mi marido.
A lo que el presidente se adelantó:
—Y... dígame, ¿siempre con la misma gallina?
No, no, siempre con diferentes —respondió el granjero—Pues dígaselo a mi esposa.
Poco a poco vas necesitando estímulos diferentes, más extremas o inverosímiles.
Clic, clic, clic...
Te dejo una imagen que explica este efecto de manera gráfica:
Sin esto las páginas de porno tendrían menos visitas que las de términos legales.
Espera, así queda más claro:
El hombre está cableado de esta manera, pero la naturaleza se ocupó durante millones de años de que los machos no tuvieran la posibilidad de encontrarse con muchas hembras el mismo día.
Aquí un mensaje para mis lectoras: este efecto se presenta igualmente en mujeres. La diferencia es que se os nota menos, maldita sea.
Según el profesor Gary Wilson, autor de Your brain on porn (2015) la pornografía es una adicción igual que la gula o la ludopatía.
«Con el porno online uno puede ver más mujeres diferentes en 10 minutos que nuestros ancestros en varias vidas»
¿Cómo no va a enganchar esto a la amígdala? Es una verdadera fiesta de dopamina.
Clic, clic, clic...
Ella también se queda a solas
¿Las mujeres ven porno?
Aquí la cosa se complica porque las mujeres son más complejas en esto y en casi todo lo demás.
Amiga lectora, los datos que vas a leer son de Pornhub, Youporn y de la productora de porno ético y feminista Erika Lust (que incluyo a propósito para señalar mi virtuosismo moral, como los que dicen “tengo amigos gays”)
Uno de cada cuatro visitantes de YouPorn es mujer. En general, la mujer busca satisfacer sus fantasías desde una oferta más respetuosa hacia ella.
Las búsquedas que más se repiten señalan el porno lésbico y los trios como lo más visitados por la mujer.
Además, de acuerdo con las investigaciones, las mujeres prefieren la semejanza y la inspiración cuando buscan porno: videos en los que la protagonista es una mujer de carácter dominante, con edad y físico parecido.
Están cansadas de lo de siempre y huyen de los estereotipos.
Pero volvamos a los niños
¿Por qué un niño podría consume pornografía?
Los Gen. Z (finales 90’s a 2010) pasan una media de 9 horas viendo contenidos multimedia: TV, videojuegos, videos y streaming. Son los más vulnerables al porno porque están en la época de descubrir su sexualidad.
La mayoría de los chavales llegan al contenido pornográfico guiados por sus amistades, pero un gran porcentaje llega mientras está buscando otra cosa (Europapress). Le salta un pop-up, un chat o se le abre una pestaña automáticamente.
Lo que encuentran no es sexualidad sino una versión exagerada de lo que es la sexualidad (estímulo supranormal). Pero ¿por qué lo siguen consumiendo?
Niños (y adultos) se guían por dos falacias: normalización y permiso concedido.
Lo hace todo el mundo, debe ser normal.
No he encontrado información en contra o he buscado lo que pueda conformar mis creencias.
«El porno está tan normalizado que muchas personas en España saben que su pareja mira porno cuando no están presentes y no les importa.»
O eso dicen. A mi me parece que hay que ser muy gilipollas tolerante para que no te importe. Para quien no lo haya entendido: cuando uno busca porno lo que quiere es que esa simulación se convierta en realidad.
Pero con su pareja no, con la persona de la simulación.
¿A qué edad comienza una persona a buscar porno?
Según los gringos, 1 de cada 10 visitantes de páginas porno son niños y comienzan a los 10 años.
No sé de donde sacan estas estadísticas y no me fio mucho de sus métodos, pero vamos a dejarlo como referencia porque lo dice la nación que cada año salva al mundo de ataques alienígenas.
Como en algunas otras materias sin repercusión, los españoles vamos por delante en esto. Te voy a dejar una infografia, que están de moda:
Ahora si que te he convencido.
En un estudio con 1.753 jóvenes de 13 a 17 años Save the Children concluye que los adolescentes y adolescentas ven pornografía por primera vez a los 12 años y casi 7 de cada 10 la consumen de forma frecuente.
¿Son estos datos fiables? Ya he dicho que no me fío mucho de los métodos. Para llegar a estas conclusiones y sacar estos informes no les queda otra que preguntar a los chavales:
—A ver chavalada: ¿veis porno? Levantad la mano los que sí.
—Yo sí y mi colega también y nos tocamos la zambomba, pero por separado, señor desconocido...
¿Formularios anónimos? Te respondo con una pequeña historia:
Con 14 años, mi querido amigo y lector A.C. y Malprofe respondieron uno de esos formularios para cobayas adolescentes poniendo un montón de chorradas porque... era anónimo.
Les llevaron ante el director.
—Sabemos que habéis sido vosotros porque hemos reconocido vuestra letra. ¿De verdad pensáis todo lo que habéis escrito?No entendieron nuestro humor. (Deja de reírte, A.C.)
¿Qué quiero decir con esto? Que las cifras reales deben ser superiores a las oficiales. Incluso cuando es anónimo, en temas tabú la gente miente porque cree que alguien le juzga al otro lado del formulario.
O porque es más tonto que Maltprofe adolescente.
Con esto en mente, vamos a tomar los estudios como referencia del aumento general del porno entre gente joven y el descenso de edad con la que empiezan. Y esto no creo que sorprenda a nadie.
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Todos ciegos.
¿Qué consecuencias puede tener el consumo excesivo de porno (en los niños)?
«Los nativos digitales sufren una sobreexposición a la pornografía»
En España nos decían que te puedes quedar ciego si te masturbas. Pobres ciegos españoles cargando con esa culpa.
Hay decenas de estudios sobre el impacto de la exposición temprana a la pornografía. No te los pongo enlazados porque Mazachuches, sus ratones y sus estudios me aburren tanto como un debate de expertos en educación.
Distopía: dentro de poco serán los ratones de Mazachuches los que hagan estudios con humanos.
«Según un estudio de los ratones de Mazachuches con 1351 humanos, se ha demostrado que los humanos son capaces de enfrentarse si les das camisetas de diferente color»
Sigo, que me lías.
El problema que encontraron los primeros investigadores fue que no hay grupo de control. Es decir, no hay individuos que no hayan visto nunca porno.
(Un minuto de silencio)
Trastornos psicológicos
La sobreexposición a la pornografía afecta a la corteza prefrontal y a la materia gris de nuestro cerebro. ¿Más que los sopladores de hojas a gasolina? Difícil de decir.
El consumo de porno, aun sin llegar a crear adicción, provoca:
una hipereacción a cualquier cosa que les parezca sexual al tiempo que
insensibiliza a la persona ante experiencias que antes eran placenteras y
deteriora la voluntad: desgana;
Es decir, que un chaval puede preferir quedarse en su cuarto practicando su virtuosismo zambombil antes que salir con sus amigos o practicar algún deporte.
finalmente puede llevar a disfunción eréctil.
Repertorio sexual equivocado.
Los más metidos en el porno tienen gustos y tendencias rarunas. No me acuerdo cómo se llama - y no lo voy a buscar - pero hay gente que se disfraza de animales peludos para tener sexo.
(Si has hecho una pausa aquí para ir a buscar en Gúguel lo de los animales peludos, quedas expulsado de este niusleter)
Muchos chicos que están descubriendo la sexualidad viendo porno, creen que eso es lo que les espera y lo que debería ser. Cuando llega el momento tienen expectativas erróneas y hacen pruebas fallidas.
Según un estudio de 2021 un alto porcentaje de videos porno tienen títulos violentos y temáticas de tipo incestos y agresiones. El porno muestra las mujeres como objetos a los que “se les hace algo” no con quienes “se hace algo”
En muchos casos se han reportado daños físicos (sobre todo en chicas) al intentar imitar lo que han visto en un video. Muchas veces son jóvenes sin experiencia sexual previa.
Trastornos físicos
▸ Disfunción eréctil
Sí, amigo, confirmado (confirmado y confirmado) un aumento drástico en jóvenes y adolescentes.
▸ Insatisfacción sexual
Tanto hombre como mujer comparan su cuerpo y el de su pareja con lo que han visto, aumentando la presión y el estrés ante las relaciones sexuales. No tenemos físico de estrella porno y su habilidad (emoji que se encoge de hombros).
Llegas tarde y no pasa nada.
¿Cómo podemos prevenir gestionar el consumo de pornografía en los niños?
«Antes de los 14 la mayoría de los chavales llegan al contenido pornográfico guiados por sus amistades, pero un gran porcentaje llega por casualidad» (Europapress) A partir de esa edad es cuando comienzan a buscarlo.
Para cuando tú te des cuenta, ya llevará meses mirando alguna web o algún video que le han pasado sus amigos por guasap.
Igual que con los primeros cigarros y las primeras cervezas, llegarás tarde. Si te enteras justo la primera vez que tu hijo hace una de estas cosas, cuéntamelo, siempre he querido conocer a un extraterrestre.
▸ Control parental.
Puedes bloquear o poner restricciones de acceso en el teléfono para ciertas webs, apps o juegos. Algunos teléfonos lo traen de fábrica. Es efectivo... y temporal.
Igual que tú encontraste la manera de fumar a escondidas, tu hijo encontrará la manera de entrar en las webs restringidas: han nacido con Internet.
▸ Diálogo parental.
Como siempre lo más sencillo es lo más efectivo.
—¿Hablar de porno con nuestros hijos? Si ya me cuesta decirles de dónde vienen los niños.
Pues sí, tú le has dado el teléfono y la tablet. Igual que le has dicho que no hable con desconocidos3, explícale que muchas cosas de las que verá ahí dentro le intentarán enganchar, convencer, vender, engañar.
Explícale que verá videos de gamers, tutoriales de maquillage, desnudez y sexo. Que no todas las imágenes y archivos se pueden compartir. Que no todos las personas ni los perfiles son de fiar, ni en su versión online ni offline.
Que sí, que ya sé que cuando está con el móvil te deja en paz, pero no seas pusilánime y esfuérzate.
▸ Le he pillado viendo porno, ¿qué hago?
Puedes cambiar «viendo porno» por «fumando porros» y la respuesta sería parecida.
Preguntar qué estaba viendo, si lo entiende, si quiere hablar de ello. Decirle que la realidad es más compleja que eso que ve y adapta tu nivel de detalles y lenguaje a la edad de tu hijo.
Habla con tus hijos, pero mírate a ti mismo y piensa si no tienes tabúes o complejos no resueltos sobre sexo y si vas a filtrarlos a tu hijo.
▸ Talleres de sexualidad y pornografía.
«¿Si me trago el semen me quedo embarazada?»
Cuando estaba en secundaria la profe de filosofía nos habló de sexualidad en clase. O de sexo, no sé.
Dada nuestra experiencia de haber hojeado media revista erótica, no parábamos de hacer bromas sobre sexo. La profe notó nuestro interés y quiso aclararnos algunas cosas.
Nos dijo que lo que vemos en revistas o películas porno no es real. Nos habló del respeto, del placer, de las caricias, de la excitación...
Esos 20 minutos de clase sobre “el sexo no es lo que ves en el porno” fueron los más útiles de nuestra escolaridad.
Hace unos años escuché que se estaban llevando a cabo este tipo de campañas en algunas escuelas, pero no hay un programa oficial.
Casi todos los de mi generación (no te pienso decir cuál es) recuerdan alguna charla sobre sexualidad en el instituto, pero eran charlas enfocadas en enfermedades y riesgos de embarazo. Poco o nada se habla sobre sexología.
Cada escuela busca por iniciativa propia expertos que quieran dar una charla en horario de clase. Como siempre, la escuela lo pondrá difícil pero los alumnos y los padres lo agradecerán.
Las charlas sobre sexología tratan el machismo, la agresión, la violencia y, en general, el respeto.
Aparentemente los adolescentes están muy espabilados y tienen mucha más información de la que teníamos antes.
Pero la verdad es que en estas charlas, los ponentes suelen escuchar preguntas que demuestran que los alumnos no tienen ni idea de reproducción o transmisión de enfermedades, como la pregunta que te pongo al principio de esta sección.
Atiende: no tienes que prevenir, tienes que gestionar cuando suceda.
Tú le has dado el teléfono y has metido al señor Gúguel en su vida. Pero ese señor no les va a guiar.
▸ Deberes:
Un americano compra un aparato nuevo, lo abre, se lee todo el manual de instrucciones y luego enciende el aparato.
Un español enciende el aparato, lo rompe y va a buscar las instrucciones a ver qué ha hecho mal. Sospecho que un polaco hace lo mismo que el español.
Sé como el americano.
Cuando llegue tu hijo con preguntas, tienes que haberte leído al menos la mitad de las instrucciones:
-Guía de Save the Children: Tenemos que hablar de porno (español)
-Portales como oPornografii.pl informan a los polacos inquietos
-Fight The New Drug con artículos en inglés sobre los efectos del porno.
Y si sospechas que ya hay una adicción está app ayuda con eso.
Esto entra en el examen:
El consumo de pornografía es muy elevado y está normalizado. Como hemos visto se han encontrado paralelismos entre la adicción a las drogas o el alcohol y el consumo la pornografía.
¿Quiere esto decir que todos los que ven porno son adictos al porno? Por supuesto que no, igual que hay gente que deja de fumar o beber sin grandes complicaciones o ni siquiera empieza, también hay gente que deja el porno o no le despierta interés.
No intento demonizar el porno ni mucho menos el sexo. Escribo esto para que mi hija sepa distinguir entre un juego y una perversión arriesgada.
Que tenga conocimientos básicos, distinga entre descubrir y arriesgar. Que vea la línea que separa sexualidad de su salud física y emocional.
A muchos padres les puede parecer muy incómodo hablar con sus hijos de sexualidad (y porno) y prefieren esperar que esa etapa pase. Para mi la solución es llevar el porno a las escuelas.
Las escuelas se van adaptando a las necesidades de la sociedad, pero es que van muy lento.
Igual que tienen su espacio las clases de Informática, Programación o Robótica, yo propongo:
Talleres sobre sexualidad y pornografía. Hacer de ello una materia formal para que salga del grupo de temas prohibidos, deseados pero estigmatizados.
El diálogo con los padres es un paso adelante, pero lo que aprende en casa es individual y diferente para casa niño. No es homogéneo ni en forma ni en tiempo.
Para un alumno lo que sucede en la escuela se tiñe de oficial y está siendo compartido con sus compañeros en el mismo tiempo y lugar.
Igual que queremos que todos adquieran cierto nivel de inglés o informática deberíamos desear que todos adquieran cierto nivel de educación sexual: comprensión de su entorno y su contexto.
No tienen la madurez de descubrirlo solos en Internet. Y, por lo que hemos visto, los adultos tampoco.
Polonia está cada vez más dispuesta y abierta a las iniciativas liberales, pero sigue siendo una cultura muy tradicional.
Pero no desesperemos, seguro que este artículo se hace viral y me llaman para participar en una tertulia en Telewizja Polska junto con curas expertos en pornografía. O me invitan a abandonar el país.
Lo que suceda antes estará bien.
Pórtate mal,
Malprofe
☛ Si te ha gustado y blablabla…
Le debemos el nombre a Tinbergen, que realizó experimentos muy puñeteros junto con sus alumnos, como construir peces falsos o pintar huevos de colores exagerando atributos para ver cómo reaccionaban sus semejantes. Los pobres animales hacían más caso a peces con barrigas enormes pensando que eran hembras más fértiles, o a huevos gigantes y azules, pensando que eran mejores que los propios.
Pensamos: claro, los peces y los pájaros son tontos, qué graciosos. Ahora piensa: las hamburguesas, la coca-cola refill, los implantes de silicona. Ahora son los pelícanos los que dicen «qué graciosos los humanos»
Más tarde Dierdre Barrett, lo desarrolla en su libro Supernormal Stimuli: How Primal Urges Overran Their Evolutionary Purpose W. W. Norton & Company, 2010.
¿Pongo acaso esta nota para hacerme el listo? —Por supuesto.
Actualización: mis padres dicen que esta historia se cuenta desde hace siglos en España, pero cambiando las gallinas y el gallo por unas vacas y un toro. Es difícil saber si la versión americana es original, si es la española o si ambas son leyendas urbanas.
Desconocidos es un concepto difuso para los niños. ¿Cuándo alguien pasa de desconocido a conocido? ¿Cuántos encuentros tiene que tener y de cuánto tiempo?
Dile mejor con quién sí puede hablar. Por ejemplo: “habla solo con mamá, papá, el abuelo y tu profe.”
Muchas gracias por el update!. Firma un padre